Colaborar exige activar la parte emocional. La apertura, la confianza, evitar el amor propio, controlar los sentimientos de amenaza y los prejuicios. Las empresas necesitan atraer personas con aptitudes y habilidades altas que puedan desarrollar la capacidad de colaborar creativamente. La realidad es bien distinta. No nos mojamos, no nos implicamos emocionalmente lo suficiente porque tenemos un sentido del ridículo demasiado alto y una susceptibilidad exagerada. Peor aún si trabajamos en empresas "empastilladas", en organizaciones enfermas, en donde predomina un clima de competitividad salvaje que destruye esa colaboración creativa. Organizaciones en las que nadie tiende un puente para promover la mínima capacidad de construir relaciones sólidas. Sin puentes, coordinación y trabajo en equipo, la eficacia no existe.
Para comprender, para descifrar las señales que nos muestran otros, usamos nuestras creencias, valores y prejuicios. Estos aspectos, que a veces se forman de un modo inconsciente, forman parte de lo no observable, de nuestra personalidad. Sabemos que lo inconsciente es muy difícil de cambiar. Por ello pienso que puede ser interesante evitar todo tipo de prejuicios, evitar juzgar a los demás. Me atrevería a decir que incluso evitar creer, aunque esto sé que puede ser discrepante. Yo me digo que debo pelear, no puedo tener esos sesgos. Ya he hablado en entradas anteriores sobre el concepto de creer, de valores. Los prejuicios hacen que seamos deliberadamente parciales. Cuesta luchar contra ellos, debemos esforzarnos todavía más para evitarlos. Hoy se hace más necesario que nunca controlar nuestras reacciones, enfados, debilidades, evitar nuestras reacciones de defensa o de agresividad que, aunque no queramos, tarde o temprano terminan asomando la cabeza. Algunos entendidos dicen que puede venir bien realizar un cierto trabajo de desapego!, prestar una especial atención a esos sentimientos y emociones, realizar conscientemente el ejercicio de adquirir perspectiva y observar desde arriba, como si aquello que viésemos no fuese con nosotros. A partir de ahí, identificar lo qué sentimos, cómo vemos, cómo nos vemos a nosotros, qué juicios hacemos, porqué reaccionamos como lo hacemos, ver qué tipo de mecanismos se activan en nosotros. Si lo hacemos bien, es posible que evitemos alguna metedura de pata innecesaria.
Bienaventurados los creadores de clima estimulante, cordial y no sesgado.
Collaboration, excelente vinilo a dúo entre George Benson y Earl Klugh.