A Kert le atraía la senda experiencial del místico que señalaba. ¿Cómo podía librarse de aquello que le inflingía sufrimiento? Pensó en desvanecerse en la experiencia y deleitarse del juego de su existencia vibratoria y encontrar fundamentos que trasciendiesen.
De momento, seguían apareciendo ante él conflictos nada ilusorios.
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